Niño Gordo para comerte mejor
Un particular restó Palermitano tiene como anfitrión a un Niño Gordo. Vestite de rojo para la especial ocasión y ponete a tono con el encanto de su cocina asiática.
Una pared con pegatinas orientales y una entrada de puerta roja te ponen en alerta. Tocás el timbre y una vez que pasaste la arcada de neón te das cuenta que tomaste como señal poco amenazante todo esa vibra al rojo vivo.
El asombro se dibuja en tu expresión al caer en la cuenta que fuiste bienvenido al reino del Niño Gordo. Un lugar donde el cielo se enciende con decenas de lámparas tan rojas como la pasión por su comida asiática. Un lugar donde vas a comer sin igual y vas a experimentar el mejor mix representativo de la gastronomía ancestral.
El Niño Gordo te observa inquietante desde las paredes. Mientras un pez koi propicia de pequeño pony, él sostiene una garza entre sus manos y una vaca lo mira desde otro ángulo. Su sonrisa pipona se pierde entre sus cachetes fofos. Varios dragones lo resguardan para no dejarlo caer en la tentación de los platos que lo rodean.
Como todo niño, tiene padres que lo han traído a este mundo gastronómicamente delicioso. Ellos son Pedro Peña y Germán Sitz. Un ejemplo digno a seguir si de creación y crianza de buenos niños hablamos. No es el primero, pero se suma a otros de los grandes éxitos de esta dupla revolucionaria de la cocina.
Ellos saben que más que Niño Gordo, este es un niño prodigio de la creatividad, la calidad y la buena técnica culinaria. Capaz, no hace calor pero puede que la temperatura suba cuando la presión de la carta caiga sobre tus hombros. Tranquilos. A la hora de elegir qué comer este Niño no vende gato por liebre. Confíá que sea cual sea tu elección, él va a asegurarse que esté preparada con todo el cuidado que tu plato se merece.
Niño Gordo es tan generoso que aprendió que el que come y no convida tiene un koi en la barriga. Por eso, en su carta no hay entradas ni principales. Sólo platos para compartir que son el resultado de la combinación de los mejores sabores de la cocina de Japón, Tailandia, Vietnam, China, Corea y Taiwán, pero reflejados en productos típicamente argentinos como un bife o las sabrosas mollejas.
Obviamente cuenta con cómodas mesas y una barra. Pero como toda barra asiática, esta no iba a ser la excepción ni iba a darle la espalda a sus fabulosos cocineros. Frente a frente, ves cómo cada delicia se corta, se cocina y se presenta. Los ojos y la gula de quien mira caen rendidos ante este Niño que presenta con astuta picardía y una maldad tentadoramente inocente su propuesta culinaria.
Para este Niño es un gusto que te deleites con sus dumplings de pato, el tofu y hongo shiitake o su pesca del día con arroz picante. Más se llena de alegría cuando tus papilas gustativas entran en estado de emoción con su especial okonomiyaki de chinchulines con panceta y katsuobushi.
Puede que su poco tiempo de vida todavía no le permita ser consciente del honor que implica ofrecer tragos ocurrentes a base de sake o la mejor barra de whisky japonés que esta ciudad pueda tener. En este párrafo le damos aviso afirmativo respecto a este maravilloso suceso.
Ya sabemos que este Niño Gordo es bueno y sumamente comprador. Sin darte cuenta, antes de irte, ya querés volver por más. Sí. Con toda la certeza del mundo podemos afirmar que este Niño Gordo nació en una cuna de oro y más que el pan bajo el brazo llegó con la fortuna de tener la mejor cocina asiática.
Datos Niño Gordo
THAMES 1810 / PALERMO
+54 11 2129 5028
Ma A D de 20h. al cierre
IG: @XNINIOGORDOX
FDH para Motorola.
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