Top de panaderías para comer medialunas, tortitas negras, churros y más
Empanadas, alfajores, asado, panqueques con dulce de leche, flan casero… las opciones son infinitas. Argentina está repleto de platos fantásticos que son pasión de grandes y chicos. Además en cada esquina del país encontrás lugares para disfrutar estas delicias de la mano de especialistas.
A la hora del desayuno o la merienda hay un producto que destaca por su sabor: el primer lugar indiscutido es para las facturas. Con dulce de leche, crema pastelera, membrillo y hasta chocolate, estos panificados seducen a cualquiera que quiera acompañar un café con leche, un submarino o unos mates bien calentitos.
¿Por qué las facturas se llaman así?
La palabra viene del latín facere, que significa hacer o crear, aunque en español actual significa un recibo. Y Argentina es el único país que llama así a este tipo de panificados porque el gremio de pasteleros usó esta palabra para llamar la atención sobre el valor de su trabajo.
En 1887, en Buenos Aires, el anarquista italiano Ettore Mattei creó la primera institución de la resistencia argentina: la Sociedad Cosmopolita de Resistencia y Colocación de Obreros Panaderos. Unos años después, en 1888, los panaderos organizados iniciaron una huelga que duró más de 15 días. Durante esa protesta, decidieron dejar en claro sus reclamos y no tuvieron mejor idea que hacerlo a través de los nombres de sus creaciones.
Sacramentos, Bolas de fraile, Suspiro de monja, Cañoncitos, Bombas de crema y Vigilantes, son algunas de las delicias que podés pedir en la panadería con la que sus creadores buscaron criticar a la Iglesia y a la Policía.
Churros “El Topo”
En hellomoto ya te hablamos de los churros de Juan Pedro Caballero ubicados en Palermo y por eso ahora decidimos presentarte a este clásico bonaerense. Si no conocés la churrería “El Topo” te podemos dar un pequeño adelanto: aseguran que «cualquier pizza se puede meter en un churro».
Si bien uno de los locales más conocidos es el de Villa Gesell, cuentan con más de 8 locales distribuidos por Buenos Aires.
La carta se caracteriza por la innovación: encontrás churros veganos, de batata, membrillo, almendra, hummus, palta, de jamón y queso, de leber, crema pastelera, cheddar y aceitunas.
Las medialunas de Atalaya
En Argentina hay cientos de lugares icónicos y el kilómetro 113 y medio de la Ruta Nacional 2 se volvió uno de ellos gracias al histórico parador Atalaya. Fundado en el año 1942, en la ciudad de Chascomús, Atalaya surge como una empresa familiar dedicada a la elaboración artesanal de sus propios productos.
Hasta el día de hoy, la empresa conserva parte de la nostalgia por los antiguos paradores ubicados a la vera de la ruta. En esos amplios salones comedores las familias solían disfrutar del café servido en jarras metálicas.
Sus dueños aseguran que gran parte de la “experiencia Atalaya” significa esto, disfrutar del tradicional café acompañado de unas medialunas artesanales mientras hacemos un alto en nuestro viaje.
Los criollos de La Celeste, en Córdoba
Con una historia que se remonta a varios años atrás, La Celeste es una de las panaderías más reconocidas de Córdoba. Aunque entre sus especialidades encontramos tortas, alfajores, chipás, masas y sándwiches hay un panificado que resalta: el típico criollito cordobés.
De hojaldre con manteca, criollo común, chipaca, cremonas, no importa el tipo que elijas, son ideales para acompañar el mate en cualquier ocasión. Varias leyendas de la provincia de Córdoba cuentan que los criollitos nacieron de una mezcla de ingredientes sobrantes que tenía un conocido panadero. Al darse cuenta del delicioso sabor de su invento comenzó a venderlos como “criollitos”.
Las tortitas negras de Calzada, en La Pampa
Con más de 60 años, la panadería “Calzada”, ubicada en General Pico, es reconocida por sus famosas tortitas negras. Hechas en un horno a leña, es una parada obligatoria de muchos piquenses, quienes disfrutan comerlas calentitas. Simples o rellenas con dulce de leche, este negocio familiar supo mantenerse con el paso de los años y, hasta el día de hoy, sigue sembrando sonrisas entre los vecinos de la ciudad pampeana.
Al igual que los criollitos, las tortas negras también nacieron gracias a la creatividad de los panaderos para aprovechar la masa sobrante de la elaboración del pan. Por eso tienen masa salada. La receta se completa con el agregado de grasa en la masa y una cobertura de azúcar negro, el menos refinado, que por aquel entonces era el más económico del mercado.
Viajamos a Rosario, a comer vigilantes
En 1936 el confitero catalán Don Enrique Adel trajo a la Argentina su oficio y las nostalgias de su Nuria natal en los Pirineos españoles y fundó Confitería Nuria. En 1955 el negocio fue comprado por sus actuales dueños, quienes decidieron mantener su fisonomía original.
Con una variedad imperdible, en su menú encontramos tanquecitos de dulce de leche, redonditas con pastelera, jesuitas catalanas, mendocinos, medialunas con crema pastelera, alemanas con chocolate, alemanas con nuez, pan de leche, pan de salud, bariloche y vigilantes.
¿Y vos qué lugar vas a elegir para la merienda?
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