En 1972, un muy joven Francis Ford Coppola había leído El Padrino, el best seller de Mario Puzo. En principio no resultó de su agrado porque no descubrió, detrás de la historia, ninguna línea argumental atractiva. “Es otro thriller más”, pensó. 

A punto de rechazar el proyecto, frente a la insistencia del estudio y del autor de la obra, el director volvió sobre el texto y, contrario a esa primera mirada, abrió un nuevo mundo: descubrió la historia familiar, endogámica e intestina y la posibilidad de contar no solo la historia en tono shakesperiano de Los Corleone sino de establecer una metáfora de la historia de los Estados Unidos. En efecto: al igual que los westerns de John  Ford, la historia de El Padrino es la historia de los Estados Unidos forjada a la luz de colonización e inmigración, luchas étnicas y violencia política extrema.

Cómo señaló el diario alemán Kölner Stadt-Anzeiger, “Como ninguna otra película de Hollywood de los últimos años, la historia de la familia mafiosa neoyorquina de los Corleone refleja el desgarramiento, las coacciones y los miedos de la sociedad norteamericana, en las que las antiguas normas morales del bien y el mal se tambalean cada vez más bajo el efecto de Vietnam y de una profunda crisis de la evidencia nacional” 

El relato Coppoliano

Francis Ford Coppola logró con El Padrino una estetización de la violencia para llegar al espectador, perturbarlo y cuestionar ese orden moral impuesto socialmente a partir del American Way of Life en la década del cincuenta. 

Esa norteamérica victoriosa que plantea un nuevo orden mundial es el epicentro del relato y metamensaje de la construcción del relato de la película. Y esa síntesis se consolida en el camino de Michael Corleone. El “es” el Don, el Padrino. 

¿Pudo el joven Michael torcer el destino de su historia, el destino de violencia de su familia? No. El joven progresista, el que estaba destinado a marcar un nuevo rumbo para los Corleone, indefectiblemente, se consolida como el más tirano de los 5 “Don” de New York.

Por eso cada muerte en la película es trabajada minuciosamente, estilísticamente. Cada asesinato es un símbolo del mundo que se cierra sobre Michael. La película, también, es la declaración definitiva del cine Coppoliano. 

Amigo de Martin Scorsese, George Lucas, Brian De Palma, Steven Spielberg, Francis encaró junto a ellos y a otros como Robert Altman y William Friedkin (que había abierto una puerta inmensa con la obra maestra de Contacto en Francia) una revolución en el cine. 

Con espíritu independiente, tomaron el camino de lxs maestrxs del cine clásico y se acercaron a las nuevas narrativas, a las vanguardias europeas. Así nació ese movimiento  fundamental que es el cine clásico americano de los setenta. 

El Padrino se articula narrativamente como una tragedia shakesperiana por eso no agrada tanto como relato. Es un juego que propone el director: un vestido de historia del hampa para meternos dentro del engranaje de una familia inmigrante endogámica con el consiguiente resultado fraticida. 

Coppola eleva el cine apelando a los maestros clásicos y nos entrega lo que será su principal marca narrativa: el uso del montaje paralelo. Esto es, contar dos secuencias en forma alternada y cada plano resignifica al siguiente. Así, en el momento del clímax del film, cuando Michael Corleone participa como padrino en el bautismo de su sobrino, el hijo de Connie, sus sicarios van eliminando a cada uno de sus enemigos. Esa acción coincide perfectamente con todo el ritual católico. Coppola eleva los asesinatos a una acción ritual y sagrada.   

Algunas curiosidades de la producción

Francis Ford Coppola tuvo que pelear varias veces por imponer sus ideas en el proceso de producción del film. El primer problema lo tuvo con Marlon Brando. El actor de “Un tranvía llamado deseo” y de “Nido de ratas” que había revolucionado la actuación en cine con el famoso “método”, estaba en baja. 

Sus últimas películas habían sido un fracaso y, lo que es peor, se había ganado fama de “difícil” y caprichoso en los sets. Ningún productor lo quería. La gente del estudio Paramount le dio un no terminante a Coppola para el papel de Don Corleone. 

Coppola sabía que era perfecto pero que tampoco Brando iba a acceder a hacer una prueba para convencerlos. Es así que fue a visitarlo a su casa con unos quesos y salames y llevó una cámara. Brando se relajó, comenzó a comer esas delicias y se puso un par de algodones dentro de la boca para agrandar sus cachetes y dar ese aspecto de bulldog. Mientras sucedía esto, el director, registraba la improvisación. 

Llegado al estudio les mostró ese registro a los directivos que estaban muy enojados por su insistencia. Pasaron en un minuto a estar maravillados con lo que veían. 

Otro de los resistidos, aunque parezca mentira, era el mismísimo Al Pacino. El estudio lo veía como pequeño y poco amenazante. Nada verosímil como el hijo que iba a cumplir el mandato familiar y transformarse en el despiadado Don. 

Coppola fue intransigente y se mantuvo firme iniciando el rodaje con él pese al disgusto de Paramount. Todo cambió cuando vieron la escena en la que Michael Corleone asesina a Sollozo y al Capitán McCluskey, los que habían llevado adelante el atentado contra su padre. Inmediatamente supieron que era perfecto.

La restauración y reestreno

En un comunicado oficial, Paramount anunció que a partir del 25 de febrero, “El Padrino” se reestrena en todos los cines del mundo. A partir del  22 de marzo saldrá a la venta en una versión 4K Ultra HD.

Para la restauración de la películas, se analizaron más de 300 cajas de película a fin de encontrar la mejor resolución posible en cada fotograma, más de 4000 hs para reparar manchas, raspaduras, y cualquier otro detalle en los negativos y más de 1000 en correcciones de colores para garantizar que las herramientas de rango dinámico respeten la versión original del director, además de su director de fotografía, Gordon Willis. Todo el proceso estuvo supervisado por ambos

El lanzamiento en formato físico (también saldrá en digital online, por supuesto) irá acompañado por una edición de lujo con un libro de fotos y varios extras. 

La saga completa de El Padrino está disponible en Paramount+.

Colaboró con hellomoto.com @pablomanzotti, reconocido periodista cultural especializado en contenidos audiovisuales, cine y series, además de docente e investigador.  Tw @manzottipablo.