El exhaustivo camino hacia el número uno: Guillermo Vilas por Eduardo Puppo
Emociona hasta las lágrimas. A muy genuinas lágrimas. Transmite lo que todo buen discurso audiovisual busca: conmover a lxs espectadores. Así es el documental “Vilas: serás lo que debas ser o no serás nada”. Y el director Matías Gueilburt construye con notable pulso narrativo un relato que tiene dos protagonistas. Sí, dos. Uno es Guillermo Vilas, con un recorrido biográfico justo y preciso ilustrado con excelente material de archivo. En paralelo, emerge el otro protagonista: el periodista especializado en tenis Eduardo Puppo. En realidad, lo que se eleva en el relato, es el admirable trabajo de Puppo. Una investigación periodística y científica sin precedentes para demostrar, oficialmente, que hubo una serie de meses en la década del setenta en la que Guillermo Vilas fue número uno del mundo. Un trabajo que requirió años de investigación, noches sin dormir, momentos de tristeza y cansancio. Una recopilación de datos y cálculos que lo acercaban más a un trabajo detectivesco que al de una investigación deportiva.
Dialogar con Eduardo es complementar la experiencia del visionado del documental. Pero también contagiarse de su entusiasmo. Eduardo no habla, exuda datos, anécdotas y precisiones del trabajo que realizó durante años y que ahora espera el reconocimiento final de la ATP (Asociación de Tenistas Profesionales). Es introducirse en la fascinante construcción de esta historia, de este relato documental, que no es otra que la historia del trabajo de su vida.
Una recomendación: si el lector aún no ha visto el documental “Vilas: serás lo que debas ser o no serás nada”, es mejor que lo haga antes de sumergirse en esta nota. Este diálogo funciona como un complemento, un pequeñísimo aporte para disfrutar aún más de esa película.
¿Qué sucedió con la investigación a partir del estreno del documental en Netflix? ¿Cómo impactó en el plano del reclamo legal para el reconocimiento final de la ATP?
La salida del documental en Netflix permitió un reconocimiento social, mundial, del tema más allá del mundo del tenis. Nos ayudó a trascender ese lugar muy cómodo en el que estábamos, el de los medios afines, deportivos, de todo el mundo que ya sabían lo que estaba pasando. Con la llegada de esa historia a 190 países, el tema tuvo una exposición gigantesca. Muchos medios extra deportivos, muchos medios políticos, se interesaron en este trabajo de investigación que ha demostrado con datos fehacientes que Vilas fue el número uno del mundo del 22 de septiembre de 1975 durante cinco semanas consecutivas, hasta el 27 de octubre, y dos semanas más, del 5 al 18 de enero de 1976. Eso da un total de 7 semanas en lo más alto del top.
Y respecto del carril judicial, el documental les permitió a los jueces que siguen la causa tener una visión más clara de la totalidad de la demanda y de lo que se está jugando en este pedido de reparación. Les otorgó una mirada global más allá de todo lo que habían visto en los papeles. Los papeles son miles de páginas que, obviamente, están constatadas. Incluso yo mismo llevé adelante auditorías externas para que todo estuviese perfecto. De hecho la ATP no pudo refutar ni una de esas páginas. Lo que demuestra que lo que conspira para que esto llegue a un buen puerto es lo consevador de algunas institucion es que tienen que ver con el deporte.
Estamos en instancias judiciales muy avanzadas. La pandemia, obviamente, obstruyó y demoró todo. Pero se avanzó mucho durante el 2021. Esto no es un juicio. Es un reclamo legal que exige una respuesta a la ATP.
¿Ese conservadurismo de la ATP no tiene una base pragmática en pensar que, si dan curso a este reclamo se abre una puerta para otros reclamos de jugadores ya que el ranking tenía fallas en su confección?
Si, efectivamente. Todo esto estalló el 25 de mayo de 2015 cuando salió una nota en el New York Times y me llamó el periodista que la escribió para decirme que se había cruzado con el presidente de la ATP y le había dicho que no le iban a dar el uno a Vilas. Eso fue raro porque era algo confidencial, así que ahí fue cuando yo pude contarle en detalle acerca del trabajo de investigación y salió esa nota de una página. Efectivamente, el presidente de la ATP dijo: ¿Y cuál es el límite? (respecto de conceder el uno a Vilas) Y fue cuando yo le dije que el límite era la verdad. Si hay problemas con un jugador, tres o doscientos, es cuestión de corregirlo y dejarlo con el valor que corresponde a cada uno.
Yo en su momento pensé en abrir esa caja de Pandora para lograr el objetivo con Vilas y punto, cerrarla. Lo otro ya no era problema mío. Como regla de trabajo, sí, me había impuesto respetar y dar a conocer si aparecía otro número uno, y eso es algo muy importante. En un momento de la investigación estuvo Arthur Ashe, y esto no está en el documental, que también tenía unas semanas de 1975 en que podría haber sido número uno, había ganado Wimbledon y le daba el promedio. Pero, con la investigación exhaustiva que hicimos, con periodistas de otros países que consultaban, a mi pedido, en hemerotecas los resultados de cada partido, comprobamos que había perdido un torneo en primera rueda y el promedio le había bajado mucho. Es por eso que, finalmente y después de varios cálculos, la estadística nos demostró que no llegó al número uno.
A medida que el diálogo avanza, Eduardo también crece en emoción. Se lo nota siempre entusiasmado con el trabajo, con el proceso de producción. En su tono, en su compromiso con lo que narra, se entiende la pasión que le puso al trabajo de su vida.
El siguiente aspecto fue la producción misma de la película. Y, por esas cosas de la vida y el destino, todo cobra un nuevo marco épico: gran parte se realizó durante el mundo en pandemia, con las complicaciones y limitaciones que esto implicó
¿Cómo fue el paso de este trabajo que vos venías realizando desde hace tantos años a la producción del documental?
Eso fue en dos etapas. La primera tuvo lugar después de la publicación de la nota en el New York Times. Se comunicó conmigo la productora Anima Films para decirme que querían hacer un documental del NO de la ATP, creo que era para HBO en ese momento. Yo dije que no porque estaba muy enojado con la negativa de la ATP y quería seguir el reclamo por vía judicial. Me parecía que no era el momento y, durante ese lapso, salieron un montón de notas al respecto. Luego en el año 2019 me vuelve a contactar la misma productora y me consulta si en ese momento consideraba que estaban dadas las condiciones y entonces dije que sí. Nos reunimos con el director Matías Gueilburt y me comentó que Netflix estaba muy interesado en el proyecto
Así fue que tuvimos la primera reunión con el director regional de Netflix, Augusto Rovegno y con la productora y comenzamos a hablar del proyecto; todo fue tomando un cariz muy emotivo. La historia es notablemente emotiva. Se hicieron varios viajes para obtener los distintos testimonios. Incluso los viajes en los que se puede ver a Guillermo en ese momento. Todo lo correspondiente a Marian Ciulpan (el matemático y programador rumano que desarrolló el software para tabular los datos) se grabó en Sidney. Todo el vínculo nuestro, el trabajo diario, que era vía email, lo habíamos llevado adelante con él estando en Bucarest.
Así se fue concretando todo el esquema que queríamos para el relato del documental. Todos los actores convocados no mencionan el tema del número uno sino que se concentran en el Vilas jugador. Queríamos evitar que hablaran directamente del tema ya que es algo político y hay testimonio de jugadores como Nadal y Federer que trabajan actualmente con la ATP en carácter de socios. El único al que no conseguimos, lamentablemente, fue a Connors pero fue por el tema de la pandemia y que justo su disponibilidad coincidió con el lockdown en Estados Unidos.
Y con Tiriac (Ion) había sucedido lo mismo. Había quedado varado en Namibia y tratamos de conseguir que vaya un camarógrafo y fue imposible. Si nos hubiésemos quedado sin la palabra de Tiriac para el documental hubiese sido un golpe duro. Pero hubo un momento en que, de pronto, se abrieron las fronteras y Tiriac se comunicó que estaba yendo hacia Bucarest. Así que tuvimos que coordinar, rápidamente, un equipo para que lo grabara en Rumania aprovechando esa escasa ventana de tiempo que nos daba la pandemia.
Tiriac sí defiende el número uno, él dice que Guillermo fue el número uno.
Fue una producción muy sincera, todas las escenas fueron consensuadas, inclusive la que se lo ve a Guillermo llorando, la que está conmigo. Esa es una grabación mía que usaba para la corrección del libro (NdelaR: el libro es la Biografía de Guillermo Vilas, Eduardo es el biógrafo oficial) Esas imágenes son de 2016; yo tengo varias grabaciones que utilizó como referencia. Cuando comenzó la grabación del documental, pudimos incorporar.
Algo a destacar de la producción que me señaló Matías (Gueilburt, el director) es que no repetimos escenas, una cosa muy poco común. Todas fueron las primeras tomas.
¿Qué es lo que más te llamó la atención respecto de la repercusión del tema una vez que se estrenó el documental?
En general, creo que fue la gran repercusión a favor que tuvo. Fueron semanas frenéticas, recibía más de 300 mensajes por día en mis redes. Es la comprobación del tremendo amor y fidelidad de la gente para con el Vilas jugador. Sobre todo la franja de 40/50 años. Y muchos mencionaron que, a través del documental, conocieron un aspecto totalmente distinto del Vilas persona. Ese fue el gran premio: conseguir instalar nuevamente a Vilas en la actualidad, eso fue lo más importante, para mí, que nos dio la película.
¿Pudiste tener injerencia en el proceso de postproducción, en la edición?
Si, totalmente. De alguna manera, yo fui un productor más. Si, la película la vi en etapa de edición unas cuarenta veces, que me iban mandando. Yo le corregía cosas, términos técnicos, subtitulados. Con Matías, el director, trabajamos muy bien y él aceptó muchos cambios, sobre todo, desde el primer corte en adelante.
¿Te imaginás una conclusión, una coda para sumar a esta historia?
Mi misión, ahora, es llevarle a Mónaco la copa del número uno. Mi relación con él se cimentó muchísimo a partir de la escritura del libro (su biografía). Fui a su casa 96 veces, hemos reído y llorado juntos, nos hemos compartido cosas personales. Yo sabía que él necesitaba cerrar su carrera. El quiere la copa del número uno para ponerle punto final a su recorrido.
Colaboró con hellomoto.com @pablomanzotti, reconocido periodista cultural especializado en contenidos audiovisuales, cine y series, además de docente e investigador. Tw @manzottipablo.
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