Barrio adoquinado, con tranvías que ya no corren, con un eco de máquinas que ya no están. Ciudad antigua, San Telmo: evoca recuerdos e, inevitablemente, invita a “sentir”. Paraíso nostálgico, de cielo, patios y balcones; de mercados, plazas y anticuarios; de Parque Lezama, de callecitas transitadas, de la pizza de Pirilo y del pasado rioplatense, aquel que se resiste a desaparecer a pesar del recambio generacional, de la avanzada de lxs turistas y del destructivo mercado inmobiliario. 

Para San Telmo, barrio del sur de la Capital Federal, el pasado se erige como su territorio mítico. Desde el pasado, San Telmo esculpe su oferta y su variedad. Y en las fronteras con Montserrat, las ruinas del viejo local de Elektra Comics, que supo estar en Bolivar y Av. Belgrano y que ahora se emplaza en Defensa 247. Muy buena variedad de cómics de Ivrea y OVNI Press. 

Por ahí, también, la presencia inmarcesible de la Librería del Ávila (Alsina 500, esquina Bolívar), la más antigua de la ciudad, frente al Templo de San Ignacio y al Colegio Nacional de Buenos Aires. Una librería que fue fundada en 1785, durante el Virreinato, y que era frecuentada por Belgrano, Moreno, Castelli y Paso, entre otrxs patriotas nacionales. Y, obviamente, por su ubicación privilegiada, fue protagonista de la Revolución de Mayo. Borges, Artl, Ocampo y Bioy Casares fueron sus clientes. Varios pisos repletos de libros usados y el espíritu de la Buenos Aires indestructible.

La pista gastrojapo

En el barrio, sobre la Av. Independencia al 732 se encuentra la Asociación Japonesa en la Argentina. Allí, en este cónclave nipón, enseñan artes marciales tradicionales japonesas como el aikido, el judo, el karate shotokan, el karate shorin ryu y el kendo. Además, brindan cursos de idioma japonés y cuentan con un restaurante típico realmente alucinante: Nikkai Shokudo. En Nikkai Shokudo, habitualmente concurrido por japoneses (garantía de confianza: si hay lugareñxs, nada puede fallar), pueden probarse platos como el yakizakana, el tonkatsu, el yakisoba, las gyozas y, obviamente, el sushi, entre otros. La recreación del lugar provoca un viaje mental a tierras orientales.

 

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Los últimos románticos

Pasando Av. Independencia, una de las primeras gemas del barrio de San Telmo es la librería de usados El Rufián Melancólico (Bolívar 857). “El barrio ha cambiado mucho”, se lamenta El Chileno, carismático dueño de la librería y último de una legión de “rufianes melancólicos” que han administrado el lugar. “Antes, en el barrio vivían intelectuales, cineastas, actores de teatro, escritores. Ahora se han ido para otros lados. Comercialmente, este local es muy romántico”, continúa. 

Mientras tanto, un muchacho colorado de unos treinta y pico de años se lleva un pilón de cómics de Cazador a un precio más que razonable. De fondo suena Chick Corea y El Rufián Melancólico, que se mantiene inmarcesible desde el 2001, se resiste al paso del tiempo: no conecta con la modernidad ni con la lavada de cara del barrio. “Este nunca fue un lugar cheto”, avisa El Chileno. Y en sus ofertas, vinilos de Sui Géneris, pósters de películas de artes marciales y hasta un ejemplar de Ilegal Squad, una revista mexicana de grafiti callejero. Dato: llevar efectivo.

A la vuelta de El Rufián Melancólico, otro de los grandes clásicos del barrio: Antique Cameras (Av. Independencia 408), una tienda de compra y venta de cámaras antiguas. “Estamos hace poco: 40 años, nomás”, dice José, el dueño de Antique Cameras. Por estos días, el local lo atiende Gustavo, su hijo, llevando adelante la responsabilidad de un legado que va por su tercera generación. “¿Puedo sacar una foto?”, pregunta este cronista. “Por supuesto, sería raro si te dijésemos que no: ¡es una casa de cámaras de foto!”, bromea el joven Gustavo.

El (nuevo) mercado

A pasitos, la gente va y viene a toda marcha por la calle Defensa. Algunos apuran una porción de mozzarella con moscato en Pirilo (Defensa 821) y otros prefieren la milanesa napolitana de El Desnivel (Defensa 855).  Cerquita, el renovado Mercado de San Telmo (Bolívar 970) explota de turistas y curiosxs (advertencia: ir con tiempo, ganas y plata). 

Y en sus entrañas, WI-PO, uno de los mejores locales con artículos históricos del barrio. Por allí desfilan un póster impresionante de Desnuda en la Arena (la película de Jorge Porcel e Isabel Sarli), fotografías inéditas de Perón y Evita, revistas con Sandro en la portada, imágenes originales de Mercedes Sosa y Susana Giménez y hasta un sector dedicado al “Eros”, con libros especializados en erotismo y todo tipo de chancherías.

También, en el corredor opuesto a WI-PO, está WI-PO II, una especie de sucursal repleta de libros, cómics y revistas. WI-PO II ofrece literatura, libros de cine, historietas y un buen pilón de revistas Rolling Stone a $200. Enclavado en medio de los locales de comida, Los Juguetes de Tati ofrece una interesante colección de juguetes retro. Ahí pueden encontrarse chiches desde $50 pesos y figuras en caja y loose de todas las épocas y precios. Hay muñecos de X-Men, de Kiss, del Topo Gigio y hasta un Freddy Mercury enorme.

Las librerías petiteras

Asimismo, en las proximidades del Mercado, en la calle Chacabuco al 917, está La Libre, una librería especializada en editoriales independientes. Emplazada en un caserón de 1889 que fue residencia de un militar español, centro cultural y hasta estuvo abandonado, La Libre funciona allí desde 2020. “La Libre se especializa en editoriales autogestivas. Comenzamos en el año 2010 y, para ese momento, no había otras de estas características. Fuimos de las primeras que empezaron con este espíritu”, cuenta Damián, que es parte de la cooperativa que maneja el proyecto. En la esquina, de la mano de enfrente, haciendo un buen tándem, está Club Burton (Estados Unidos 700), una librería anticuaria realmente preciosa.

Apenas a unas cuadras está Walrus Books (Estados Unidos 617), una de las librerías más refinadas y con más personalidad del barrio. Es que Walrus Books únicamente ofrece material usado en inglés y tiene a la venta una enorme cantidad de literatura clásica (literalmente, una pared entera). Entre las perlitas, dos tomos compilatorios de The Walking Dead editados por The New York Times a $3000 pesos cada uno. 

Surcando la calle Defensa en dirección a Constitución, atravesando la Plaza Dorrego, la presencia del Pasaje de la Defensa (Defensa 1179), un caso histórico de 1880 que hasta tiene sus propios city tours. En su momento, este sitio fue una vivienda familiar que ocuparon los Ezeyza, una típica casa de la vieja Buenos Aires con patios, pasillos y galerías de estilo italiana. Ideal para encontrar memorabilia nacional o llevar de visita a amigos extranjeros que anden curioseando por la ciudad.

San Telmo fantástico

Y debajo de la Autopista Dr. Ricardo Balbín, al lado de unas canchas de fútbol, está Eureka Records (Defensa 1281), una de las tiendas de discos con más onda de la ciudad. Paredes repletas de vinilos con autores de tango en ediciones japonesas, bateas con samba, bossa nova, cuarteto, tropical, funk, soundtracks (está el vinilo de Emmanuelle 4 a $1400, una rareza absoluta) y mucho, mucho más. 

Mezclándose entre la ambientación sci-fi y psicodélica, hay ofertas de discos misceláneos por $100 o cinco por $400 y otro sector con vinilos de rock & pop a precio súper amigo. La gente escarba, se saca fotos, disfruta de su propuesta. Y mientras suena fuerte “Workin’ On The Buildin’” de Quazar (qué temazo, por favor) y la cabeza flashea con el tendal de estímulos y colores, la atención viaja con un “goool” que se escucha de las canchitas vecinas. ¿Cuántos lugares entran en un lugar?

En la misma cuadra, ya casi en los límites con Barracas, se yergue La Galería del Asombro (Defensa 1295): zombies, monstruos y aliens. Poco más para detallar, un montón para aventurarse. Y, aquí, en esta especie de borde geográfico, donde el aire ya pesa distinto, el reverso de una comuna que da la bienvenida con porciones de pizzas y despide con funerales cósmicos. Todo esto ocurre en San Telmo, barrio lírico, bohemio y genial.

Hernán Panessi: periodista especializado en cultura joven y editor de El Planteo. Escribe en Página/12, El Planeta Urbano, InfoTechnology, THC, Rolling Stone, entre otros. Publicó 4 libros, colabora en hellomoto.com.ar y su twitter es @hernanpanessi.