Cambio de paradigma: de la era analógica a la inmediatez de la fotografía móvil.

Jonas Papier, Director y fundador de Motivarte

 

Grano simple, grano «T», químicos, tanque de revelado, revelador, fijador , blanqueador, acetato de celulosa, formatos 110, 35mm, 120, 4×5, APS,  haluros de plata ¡y sigue la lista! Palabras que hace mucho dejaron de formar parte del lenguaje cotidiano en la fotografía masiva, en especial de las nuevas generaciones, que en su gran mayoría, desconocen estos términos. 

 

Pensar que no hace tantos años, en la era analógica, hablábamos de películas fotográficas de ISO alto, o de técnicas de «forzado», que era la manera de «trucar» la sensibilidad real de un rollo fotográfico a través de un proceso químico de mayor tiempo del que sugería el fabricante.  

 

A medida que voy escribiendo esta nota, me siguen apareciendo miles de hermosos y románticos recuerdos sobre los procesos analógicos en la fotografía. Particularmente, recuerdo esas «batallas químicas» para lograr fotografías en situaciones de muy escasa iluminación y con cámara en mano, también me viene a la mente el «grano de la película», que muchas veces era un hermoso recurso artístico pero otras, ese mismo grano, era la causal de un trabajo arruinado.  Recuerdo que el material sensible (rollo), tenía un límite de sensibilidad ISO 3200, que a lo sumo podíamos forzar a 6400 para tener una imagen razonable.  

 

Y no debemos olvidarnos que luego de fotografiar, teníamos que revelar y recién con las copias terminadas, sabíamos realmente cómo habían quedado las fotografías. Quienes no sabían revelar rollos y copiar, debían enviar ese material sensible a un laboratorio, que en algunos casos, podían tardar hasta una semana para entregarnos las fotos impresas. 

 

Es increíble que todo esto haya sucedido no hace tanto tiempo, y hoy haya quedado atrás dando paso a la «inmediatez fotográfica». No solo con cámaras reflex o sin espejo (mirrorless) si no también con las cámaras de los smartphones que van subiendo la apuesta para fabricar dispositivos que cada día van acercándose más a los mismos resultados que algunas cámaras semiprofesionales, y en muchas de las funciones, ya las superan. 

 

Empecemos por destacar, que ni siquiera la gran mayoría de los fotógrafos profesionales están más tiempo con sus cámaras reflex que con sus smartphones que hoy cuentan con prestaciones sorprendentes si se trata de fotografía recreativa, y en muchos casos ya se utilizan para producciones semi profesionales.  

 

Mientras en los años 90 lograr imágenes en situaciones de muy baja luz era todo un desafío, hoy con un teléfono de gama media o alta, podemos lograr imágenes perfectamente nítidas y con escaso o nulo ruido (es el «grano digital» ). Prácticamente, algunos smartphones no solo ofrecen la inmediatez de la imagen sino que además van dejando atrás la necesidad de «alumbrar» artificialmente una fotografía nocturna. 

 

En mi caso, tuve la posibilidad de utilizar un motorola one vision para tomar fotografías como si tuviera mi propia reflex y quedé realmente impresionado. Un equipo como este hoy te permite fotografiar situaciones que antes únicamente podíamos lograr con nuestras cámaras profesionales. Esto es una verdadera revolución.

 

Creo que es aquí donde la fotografía está ingresando en una nueva e impensada era, donde sin duda los smartphones naturalizaron a la fotografía prácticamente como una extensión de nuestros ojos, como si fuera el «tercer ojo» que llevamos en la palma de nuestra  mano. 

 

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Fotos: Jonas Papier con motorolaone vision

 

 

 

 

 

 

 

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