Ubicado en el olimpo musical después de abastecernos con canciones incrustadas en el inconsciente colectivo, Calamaro editó su proyecto “Cargar la suerte”, probablemente el mejor álbum de su última década. Una entrevista con toda la impronta que siempre nos regala “El Salmón”

¿La génesis de tu nuevo disco de estudio “Cargar la suerte” asoma en medio de otro proyecto que tenías en las grabaciones?

No hubo tiempo para contratiempos, me encontraba grabando otro álbum, una producción de duetos que ya lleva dos años, y que ya sabía que iba a llevar su tiempo, porque es un disco con muchos músicos invitados y no depende sólo de mi agenda.  De repente, en cierto momento me encontré con unas letras. Probé varias cosas: dejarlas reposar, hacer música con otros amigos, mostrarlas durante el 2017. Pero el año pasado en el verano empecé a escribir y a mandarle las letras a Germán Wiedemer, a veces le mandaba tres letras juntas, y así empezamos a hacer demos de esas canciones, demos de ida y vuelta, yo las escuchaba, nos juntábamos en casa a grabar.  También nos ayudó mucho el guitarrista Martín Pomares para tocar y mezclar en estas maquetas. Cuando tuvimos doce o quince canciones que nos gustaban se las mostramos a Gustavo Borner, y él me paró el equipo de músicos en la cancha y empezó a sonar este álbum. No esperamos mucho para estar grabando, terminamos el sonido y las mezclas, perfeccionamos el asunto de los vientos, algo en lo que trabajó muy bien Germán y arrancamos. Es importante llevar arreglos bien escritos para grabar con músicos de esta categoría.

El nuevo disco incluye el tema “Diego Armando Canciones” con mucha pinta de hit…

Diego fue una persona y un “artista-deportista”, único en el mundo, en cambio, como artista yo soy uno más de todos los músicos intentando hacer las cosas bien. Son mis señales de humo para que Diego se entere desde allá en Sinaloa mientras está dirigiendo, que estamos cantando para él. No sabía que esta canción iba a gustar tanto, porque este tema repite los primeros versos. En mi cabeza sonaba como una milonga sureña… “Ando como un perejil, condimentando potajes, harto de pegar peaje”, y sin embargo Germán me mostró una canción con  un tono country pero más sofisticado, me hubiera encantado que estuviese Willy Nelson para darnos una mano.

Si este álbum fuera una película de la franquicia Marvel y hubiese hoy que colocar una canción emotiva y dar paso a los títulos finales, esa hubiera sido sin dudas “Voy a volver”

Sabés que mi madre escuchando el álbum, me dijo “Con esta tenés que terminar el disco.” Supe acomodar las canciones dentro del relato argumental que propone “Cargar la suerte”, la última fue “Voy a volver”, por consejo de mi mamá. Esta canción dice “pertenecer es un lugar sin dirección”, entonces esta imagen desafía un poco lo que nosotros consideramos pertenencia, a un lugar o a un ser.  Quisiera poder decirte que es una canción para aquellos que echamos raíces en los aeropuertos, tal vez.

Te has vuelto un Tom Hanks rockero muy nómade que va buscando ese lugar

Sí,  mi querencia es ser sedentario, o sea, me gustan los días tranquilos, pero no puedo ocultarlo, resulté ser el más nómade de los sedentarios.

Kubrick nos permitió con esa piedra que vuela en su film “Odisea 2001” reconstruir el principio y final de nuestra historia, mientras que esa piedra basal en tu vida musical parece ser “Alta Suciedad”, un álbum con al menos ocho canciones instaladas a fuego en la gente. ¿Sentís cuando publicás un álbum que ese trabajo es la obra a vencer por todo lo logrado hasta ahora?

Sí, indudablemente sí y también el infame “Honestidad Brutal”, que en España se convirtió en mi obra a batir. Incluso resulta que en España, fuera del ambiente de público y crítica musical, me tienen a mí totalmente aceptado como personaje cultural, como argentino en distintos escenarios de España. Sin embargo, mi público, el público musical crítico, con cada disco que publico me reclama un “Honestidad Brutal”, en España ese álbum es la nave Enterprise que los lleva en ese vuelo musical tan disfrutable. Finalmente con “Cargar la suerte” podría estar en la órbita de ese anhelo, acomodado a esta tendencia, y recibido con mucho entusiasmo. Lógicamente no hay dos discos iguales, “Honestidad Brutal” fue peculiar porque fue una noche interminable de nueve meses, una mujer diría que eso es como un embarazo, y yo soy padre prolífico con una sola hija.

¿Cómo sentís que te ha tratado la suerte?

Bien, no se puede tener suerte en todo y siempre. Pero si aislamos las cuestiones musicales, hay un impacto en nuestra generación, y he podido sobrevivir a cosas que afectaron a muchos en estas décadas, supe malear mi ADN musical y personal. Entonces tuve mucha suerte, porque hace cuarenta años yo era un aspirante a músico, que sentía que tenía suerte porque más grandes y súper músicos me permitían grabar con ellos. Concretamente así sucedió: hace cuarenta años con “Raíces”, yo era aspirante y no tenía el dominio del instrumento, mucho menos sabía cómo se grababa un disco, pero vaya que aprendí.

Encima pudiste acompañar a grandes formaciones musicales en distintos tiempos

Tuve suerte de estar con los Abuelos de la Nada, participar en el año 1986 de Las Ligas, esa banda de Dark Pop que armó García, tuve mucha suerte de tener la confianza y la amistad de Beto Satragni, de Miguel Abuelo, de Charly, me gustó muchísimo ser un actor secundario con ellos, disfruté esa gran aventura, y después de todos mis colegas y tan queridos héroes: Pappo, Vox Dei, Lito Nebbia, Luis Alberto (Spinetta), Indio (Solari), ahora con los Babasónicos. La amistad y el respeto de mis pares para mí es un tesoro, indudablemente tuve suerte.

Este año se cumplen cinco años de la partida de Gustavo Cerati. Vos fuiste de los que tuvo mucho contacto con él, especialmente cuando trabajaron en ese show benéfico de “Argentina Abraza A Chile”. ¿Cómo recordás los ensayos y el concierto?

Fue un reencuentro hermoso, hermoso, no sé si fue Vicentico o León que me dijeron: “Bueno Andrés, se va a hacer esto por Chile, tenés que venir a cantar”. Escribí primero a los Fabulosos y me dijeron: “No, no vamos a ensayar”, a León lo vi que estaba hasta arriba con su proyecto “Alas”, cosas divinas que hace León y entonces le escribí a Gustavo, le pregunté si tenía pensado hacer ensayos, me dijo que sí y nos juntamos en su estudio, fue entrañable.  

Con Gustavo nos conocimos antes incluso que con los Abuelos, y los ensayos fueron muy buenos, nos encantó tocar juntos. Yo creo que hubiéramos seguido, me hubiera gustado compartir giras, hacer conciertos importantes, la verdad que se lo extraña mucho.

La última pregunta porque tu almuerzo no merece enfriarse. A esta altura del trabajo, ¿Cómo viene el disco de los duetos?

Va a ser muy emocionante el disco de duetos, en una producción tan larga, puede pasar cualquier cosa, vamos a tratar de terminar el disco todos vivos, para empezar.  Después, para mí es muy especial que tantos artistas de semejante categoría vengan a compartir su arte, su canto, interpretar mis canciones, es algo que se puede hacer solamente con amor y con amistad. Va a ser un momentazo y cuando corresponda anunciar el próximo disco de duetos grabados en trío acústico, será una genial excusa para volver a sentarnos y charlar con la misma pasión.